El mundo municipal carece del glamour en lo que actividad política se refiere. Cuando alguien piensa en la política no piensa necesariamente en alcaldes y menos en concejales. La actividad parlamentaria y la gestión gubernamental en la primera línea de la administración del Estado acaparan toda las miradas. Sin embargo, es el mundo municipal vecinal donde puede apreciarse de manera más nítida la sintonía política de los ciudadanos que no viven en el tuitter ni en el eje “plaza Italia-La Moneda”.
Quizás en las tareas municipales es donde un gremialista debiera sentirse más cómodo y desafiado. Es en este entorno donde de mejor manera queda en evidencia ese mundo de riqueza sin igual que es “lo intermedio”: Junta de vecinos, clubes de adulto mayor, cuerpos de bomberos, proyectos educativos, espacios comunitarios, áreas verdes, clubes deportivos, ferias libres.
Es un mundo en su mayoría libre de ideología y de peleas políticas. La inquietud gremial de los feriantes son qué hacer con los “coleros” que no pagan sus impuestos pero que se colocan en los extremos de sus ferias; la seguridad y limpieza de su lugar de trabajo y, por supuesto, que los vecinos lleguen. Para eso saben que no se requiere un dirigente de feria que sea especialmente democratacristiano, democrataindependiente o socialista. Sí requieren que sea capaz de dar respuesta a los temas de un mercado que en todas las comunas del país atrae a muchísima gente. No por nada se llena de candidatos por estas fechas.
¿Y que decir de esos centenares de cuerpos intermedios libres conformados por hombres y mujeres que se reúnen con los mas variados fines? A capacitarse, acompañarse, entrenarse, a ayudar a otros vecinos. Si hiciéramos el catastro nacional de clubes de adultos mayores o centros de madres nos llevaríamos una sorpresa. ¿Creen ellos que el devenir de los quora supra mayoritarios constitucionales son la principal inquietud cuando se reúnen a las 17:00 en su once semanal?
Pregunte en su comuna cuantos clubes de fútbol hay. Esos que domingo a domingo llenan los barrios de colores y deporte ¿En qué están sus dirigentes? De seguro en arreglar las sedes, conseguir indumentarias, hermosear y hacer más seguras sus canchas. Para un socio del club le es indiferente cómo el dirigente votó en el plebiscito de 1989. Se lo aseguro.
Para la izquierda esto es un insulto; es la banalización de la vida de las personas y la perversidad somnífera del cosismo que penetra en los sectores populares de los vecinos de Chile promovido por sus opositores políticos. Para los partidarios de una sociedad libre es todo lo contrario: es la muestra más granítica de la riqueza social más digna de la naturaleza humana. El reunirse en torno a vínculos de vecindad, deporte, compañía, comercio, y otras formas son la expresión más rica de la sociedad libre, donde las personas buscan seguridad, entornos libres de contaminación, medios para cumplir sus fines, trabajar tranquilos y una vida en paz.
Hay que mirar especialmente este mundo. Se lo dice un concejal.