Somos una de las regiones más golpeadas por la tragedia del 27F, sufrimos la falta de liderazgo y eficiencia de los mismos que guiarán el país durante los próximos cuatro años. Todo ello no pareció importar para evitar su reelección.
En las recientes elecciones, nuestra Región del Maule, le otorgó 12.686 votos más al conglomerado concertacionista en comparación con el año 2005. Tendencia inversa a la nacional, en la que obtuvo una baja de aproximadamente 250.000 votos.
Nuestra zona, rural y conservadora por naturaleza, ha sido permeada con las consignas de la concertación y los comunistas, gracias a la activa gestión de sus operadores durante 20 años y a la pasividad del gobierno saliente.
El horizonte de nuestro proyecto siempre fue claro: promover y garantizar el bien común de la sociedad, teniendo como base el respeto a la vida, el fortalecimiento y protección de la familia y el principio de subsidiariedad., finalidad diluida en la misma medida en la que nuestro sector comenzó a cegarse en busca de una popularidad que jamás llegó.
El gobierno del Presidente Piñera, un gobierno de excelencia técnica y de cifras inmejorables, refleja esta pérdida de identidad. Prueba de lo anterior es el resultado de la última elección, que muestra la relación inversa entre los logros económicos del país y las cifras aprobación de su gestión.
La fortaleza de nuestro contrincante, además del carisma de la candidata, fue la promoción de ideas, por nocivas que resulten. Aún no comulgando con ninguna de ellas, y entendiendo que en su mayoría se trata de consignas, debemos reconocer que nuestra propuesta careció de nuestra esencia, la mezcla de pensamiento liberal y conservador.
Nuestro error, apostar a matizar nuestros principios para llegar a un grupo mayor de votantes que finalmente resultan confundidos, generando rechazo, apatía y caudillismo dentro de nuestras propias filas.
Pese a la permanente manipulación y concientización de las élites que actúan en los medios de comunicación y redes sociales, acercarse a los sectores más populares y a las regiones permite constatar que las personas adhieren naturalmente al ideario conservador en materias valóricas y viene a dejar en evidencia lo contradictorio del comportamiento de algunos de nuestros representantes, que son tentados a sacrificar estas ideas, supuestamente impopulares, en pos de ideas “progresistas”, cediendo a las presiones mediáticas del lobby opositor, dejando ver su lejanía con el “mundo real” y desatendiendo a la raigambre popular de postulados propios de nuestro sector, por cierto, sin éxito.
Nos queda un gran desafío, despejar el horizonte y retomar la senda, motivar a nuestros sectorcon ideas claras. Somos muchos los dispuestos a trabajar por un Chile más humanizado, manteniendo la eficiencia técnica del Gobierno del Presidente Piñera, pero realizando además una defensa y promoción verdadera de nuestros principios, en todos los sectores, geográficos y sociales, cruzando sin temor la línea imaginaria que nos aleja del «mundo real» y del Chile que va más allá de las minorías ruidosas y de la Región Metropolitana.