Marcha apoderados colegios particulares subvencionados
Las marchas en defensa del derecho de los padres como primeros educadores y de todos los chilenos como gestores de iniciativas educacionales, tuvieron lugar en regiones el pasado sábado 11 de octubre. Ahora la Confepa anuncia para el próximo sábado 25 una gran manifestación en Santiago, desde el Parque Forestal y hasta el Ministerio de Educación.

Cuesta recorrer esa tierra de nadie que existe entre la pasividad y la participación. Para vencer el egoísmo y las falsas razones que sugieren no meterse, podrían servir estos motivos:

1. Los padres, profesores, alumnos y sostenedores de los colegios particulares subvencionados no confesionales se han sentido muy solos. No han experimentado hasta ahora la imprescindible solidaridad que les deben sus pares algo más seguros (los confesionales) y sus complementos, los particulares pagados.

¿Dónde están esos centros de alumnos de niñitos cuicos que el 2011 se apresuraban a solidarizar con tomas y paros, ahora que la toma y el paro van a ser impuestos desde el Estado y con carácter de definitivos?

¿Dónde están las organizaciones de colegios de las Iglesias y de establecimientos pagados que tanto saben de libertad y excelencia educacional? Al menos los Colegios alemanes han comenzado ya a dar señales de sana preocupación. ¿Y los demás?

2. Los partidos de la Alianza están haciendo un buen trabajo de base en este tema, pero si no hay un gran respaldo ciudadano, es probable que alguno de sus parlamentarios cedan al momento de votar en las cámaras. No sería la primera vez, tremenda novedad.

3. Todo lo que no se defienda en educación revertirá en una mayor agresividad del proyecto deshumanizador de la Concertación y los comunistas, que se extiende ya perceptiblemente a otras áreas. Y sería penoso que en esas dimensiones sí hubiera más fortaleza en la defensa, porque esas materias están más cerca del bolsillo que de la cabeza y del corazón.

4. El Gobierno no ha experimentado aún la molestia profunda de la gente ante la posibilidad de que le quiten sus patines, porque mucho trabajo le ha costado conseguirlos y hacerles mantención. Mientras no haya cientos de miles de chilenos manifestándose pacífica y sostenidamente, los chicos Autónomos y de Revolución democrática y las chicas de la Jota, desplegarán toda su verborrea para imponer estructuras de control estatal de cuanto espacio de libertad encuentren. Si el Gobierno no ve la cara del Chile real, Eyzaguirre y los demás ministros seguirán mirando a la bancada infantil con semblante de boba admiración.

El 25 de octubre es un umbral.

Gonzalo Rojas Sánchez

Por gonzalofr