Sólo en los países con gobiernos socialistas los ciudadanos tienen que pedirle a los gobernantes: ¡déjennos trabajar!
Fue lo que hizo en la reunión anual de la Sofofa su presidente, Hermann Von Mühlenbrock, al dirigirse a una Presidenta que -impávida, casi ingrávida- habló a continuación como suelen hacerlo esos gobernantes socialistas repetitivos y cansadores: no se refirió a lo que está pasando sino a lo que le habían pauteado. Imposible olvidar el famoso slogan de Stalin: «La vida es mejor, camaradas; la vida es más alegre.»
¡Déjennos trabajar!
¿Habrá algo más claramente indicativo de los propósitos socialistas que dificultar, desprestigiar y finalmente, impedir todo emprendimiento?
Sí, desgraciadamente lo hay.
Porque el ¡déjennos trabajar! de von Mühlenbrock estuvo abiertamente acompañado de un ¡déjennos educar! Y ya se ve la necesidad de exigir también: ¡déjennos dar culto a Dios! y ¡déjennos circular, asociarnos y divertirnos libremente! para llegar a ese dramático ¡déjennos nacer!
La codicia socialista no tiene límites. Pero no se trata de la codicia de los bienes materiales, porque de tanto profitar del Estado, llega un momento en que sus administradores se estragan con la abundancia de prebendas. Se trata más bien de esa otra codicia en la que los socialistas son insaciables: la que consiste en devorar la libertad ajena, en apropiarse de ese bien primero y último por el cual somos personas con destino trascendente.
Y como el socialismo no tolera la trascendencia, antes de que cada persona muera busca privarla de toda sustancia y mandarla a la tumba convertida en pobre pellejo en pudrición.
Durante el acto de la Sofofa, el Himno nacional fue interpretado por la orquesta y el coro de los colegios de la Fundación Nocedal, establecimientos particulares subvencionados ubicados en la población El Castillo de la Comuna de la Pintana.
Porque «el material humano parece tener un rasgo particular: no le gusta que se le reduzca exclusivamente a la condición de material humano,» afirmó Czeslaw Milosz.
Gonzalo Rojas Sánchez